miedo

Me aterra la idea de pensar que vuelva. Es el mayor de mis fantasmas, y no lo quiero aquí. Pero cada vez que ese líquido desagradable sube por mi esófago, siento miedo, el real miedo.
Ayer en la cena lo "confesé", y no pude soportar la cara preocupada de mi madre, que cambié el siempre, por el aveces, casi nunca de hecho.
Temo, temo, temo que sean secuelas, y temo que es así.
No quiero que vuelva, enserio. Por el simple hecho de que me siento una heroína al superarlo yo solita... osea, casi solita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario